Wladi empezó a hacer
yudo en un gimnasio de Caño Roto en manos de Antonio Recuero, quien le inició
en esto del yudo. Años más tarde, en 1972 para ser más exactos, con tan solo
trece años empezó a entrenar en el Gimnasio Samurai .Según cuenta Wladi era uno de los mejores gimnasios de yudo del
momento dirigido por Rafael Ortega, que actualmente es 9º Dan de yudo. Nada más
llegar al Samurai su pasión por el yudo fue creciendo gracias a Rafa, quien con
el tiempo le convertiría en la persona y en el gran yudoca que es ahora. Al poco tiempo Rafa empezó a dar calses en el Gimnasio Banzai.
Wladi siempre nos
cuenta anécdotas de sus años en el gimnasio de su profesor, como todo el
trayecto que tenía que hacer para poder ir a entrenar todos los días y como hacía
para estudiar y no faltar nunca a entrenar. Otra anécdota que nos ha contado
muchas veces es cuando fue castigado a la clase de los mayores y le gustó tanto
esa clase que desde ese día hacia lo posible para que le volvieran a castigar.

Con 15 años Wladi dió su
primera clase de yudo como profesor, al cabo del tiempo Ortega le cedió el
colegio Guadalajara del que se encarga Cristina Carbonell en la actualidad. Años
después Wladi acabó en Parla dando clases y con mucho trabajo ha logrado montar
un club: C.D.E Wlac yudo.
Wladi siempre nos dice
que Rafa es la persona más importante de su vida después de sus padres y que le
agradece muchas cosas. Nunca se cansa de decirlo y nos demuestra que hay que
querer a tu profe de yudo.
Una de la muchas veces que wladi demuestra su cariño hacia Rafa. |
Y ahora yo puedo decir lo mismo de Wladi, que
es una persona importante y que le tengo que agradecer muchas cosas.En primer lugar, quiero
darte las gracias por un acontecimiento reciente. Hace unos meses publiqué mi
primer libro: “El principio de algo grande”, todo lo que cuenta este libro no
habría sido posible sin ti y espero que sea el principio de algo grande.
Además, has sido el primero en poder disfrutar del libro y de alguna manera
revivir las experiencias que hemos vivido en estos trece años que llevo
haciendo yudo.
Pero no solo debo dar las gracias a Wladi, también debo dárselas a Rafael Ortega por haberle transmitido a Wladi su amor por el yudo. Esto es como una familia con varias generaciones, Ortega fue el que transmitió su amor por el yudo a Wladi y él ahora nos lo transmite a mí y a mis compañeros y algún día me tocará a mi seguir la cadena y transmitirles eso a mis alumnos. Y así sucesivamente, depende de nosotros continuar haciendo el buen yudo que hacemos ahora.
Si echo la vista hacia el
año 2006, año en el que comencé a hacer yudo y hago un recorrido hasta hoy en
día, aparecen muchas cosas por las que debo darte las gracias. Son tantas que
si me pusiera a decirlas todas me daría para escribir otro libro entero, así
que solo voy a nombrar algunas.
Quiero darte las gracias por estar ahí en los buenos y en los malos
momentos, dentro del tatami e incluso en ocasiones fuera de él. Gracias por
confiar en mí y no dejar que me rinda cuando algo sale mal. Pero no solo debo dar las gracias a Wladi, también debo dárselas a Rafael Ortega por haberle transmitido a Wladi su amor por el yudo. Esto es como una familia con varias generaciones, Ortega fue el que transmitió su amor por el yudo a Wladi y él ahora nos lo transmite a mí y a mis compañeros y algún día me tocará a mi seguir la cadena y transmitirles eso a mis alumnos. Y así sucesivamente, depende de nosotros continuar haciendo el buen yudo que hacemos ahora.
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R.Ortega (profesor) y Wladi (alumno) |
Wladi (profesor) y Naira (alumna) |
Personalmente a mi me gustaría seguir en esta
familia de yudocas y seguir aprendiendo para más tarde o más temprano ser yo la
que pueda transmitir mis conocimientos y amor por el yudo a una nueva
generación, para que esta familia del yudo siga creciendo.

Como he dicho son
muchísimas las cosas que tengo que agradecerte y no puedo contarlas todas, así
que voy a concretar todavía un poco más. Gracias por ser tú el que
me guía en este largo camino en el que estoy segura que conseguiremos los
objetivos que nos propongamos. Y los que no se consigan, no será porque no lo
hayamos intentado.
"si lo puedes soñar, lo puedes lograr"
Walt disney
"No te quejes de que tu entrenador no para de corregirte. Preocúpate el día que no te diga nada. Habrá dejado de creer en ti" |
Gracias a ti Naira. Wladi
ResponderEliminarPrecioso artículo. Una pasión compartida es el mayor regalo para el maestro. Lydia
ResponderEliminarlo que hace que seamos como somos es la transmision de conocimientos y valores inculcados por familiares y maestros. estos ultimos que sin tener vinculos de sangre nos estregan desinteresadamente su saber que nos hacen ser mejores. debemos estar agradecidos a los buenos maestros.
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